Poetas del tercer mundo nace con la idea de encontrarnos semanalmente para disfrutar de las distintas manifestaciones poéticas y musicales. El lugar de encuentro es en el Bar Tercer Mundo (Rioja 1089) los Lunes 21.30 Hs. (Argentina, Rosario)
En el 2010 estamos llevando a cabo nuestro 4º año.
Los esperamos a todos.

jueves, 19 de marzo de 2009

Felipe Aldana


Nació el 21 de Febrero de 1922 en Máximo Paz, provincia de Santa Fe, fue el cuarto de cinco hermanos. Cerca de los años 30, se radica con su familia, en Rosario.
A principio de los años 40 Aldana comenzó a frecuentar el local de la Unión Socialista Libertaria, núcleo importante de su juventud donde se interesa por el anarquismo.
Este gran poeta de exquisita mirada, prescindió de la norma generacional de la poesía de los 40, recuperó la tradición vanguardista, y la proyectó renovada hacia la poesía argentina de los años 60 y 70.Un claro ejemplo de ello es su célebre “Poema Materialista”. Murió en 1970, con 48 años.



GANDHI ( de "Un poco de poesía" Galería contemporánea. 1949)

1.Era un hombre como yo.

Ni más alto ni más recio.

Dijo cosas que yo no hubiera dicho

¡Eso es todo!

Hizo cosas que yo no hubiera hecho.

Pero era un hombre como yo.

Todos los días se acostaba a dormir

y entre los suyos

jugaba a ser más cariñoso.

Extremada bondad la de su alma

aire de mar el vuelo de su risa.

Pero era un hombre como yo.

2.Buscaba una palabra.

Hojeando el diccionario, la buscaba.

Tuvo que dejarlo entre sus libros

y salir a la plaza.

un lexico de piedra lo esperaba.

Pero siguió buscando...

Dijo la palabra amor.

Pero siguió buscando...

Dijo Fe,

pero siguió buscando...

Puso una montaña en sus espaldas.

Pero siguió buscando...

Convivió con el dolor y la miseria.

Pero siguió buscando...

3.Para su cuerpo diminuto

su tierra ilimitada.

Corriente de los ríos lo conduzca,

duerma a la sombra de las plantas.

Digamos: Murió Gandhi.

El mundo lo lloraba.

Murió Gandhi

y fue una estrella junto al Jamma.

Nada más,

ni una silaba, ni un acento, ni nada.

¿No aprenderemos a mirar?

Murió cuando era niño,

murió todas las mañanas.

¿No aprenderemos a mirar?

La gloria de este hombre no me importa,

sus ayunos tampoco,

ni su fama.

El dolor de sus costillas no me duele

pero me duele su dolor.

Porque la bala

que dio en el matador,

mataba a Gandhi, sin reservas,

lo mataba.

Fue la que abrió el torrente de la infamia,

_¡Señores de la censura, perdonadme!_

La que abrió la caballada,

el lodo de los fosos de su alma.

Tampoco el matador tiene la culpa,

tampoco el usurero.

Ni el accionista, ni el banquero.

¡Nadie!

Yo digo que todos los días ponemos la mano en el gatillo

y que todos hemos matado a Gandhi.

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